Todo comenzó con la filtración de una foto íntima del futbolista Bernardo Gabriel Caballero y de Antonio González, presidente de Rubio Ñu de Luque, equipo de la cuarta división del fútbol de Paraguay. Y la novela terminó alcanzando estatura de escándalo global.

El iracundo descargo del dirigente en Facebook provocó el tsunami mediático. Allí, González acusó al lateral izquierdo y a su representante y tercero en discordia (Valentín Ozuna) de haber difundido la imagen con el objetivo de ejercer presión para conseguir el pase libre de Caballero.

Pero el jugador y su apoderado le dieron un vuelco impensado a la historia: acusaron a González de haber filtrado la mentada foto por «despecho» y de haber extorsionado al joven, de 25 años, para que mantuvieran relaciones sexuales y no emigrara.

El hecho generó que la fiscal Teresa Martínez, de la Unidad Especializada en la Lucha contra la Trata de Personas y Explotación Sexual en Niños, Niñas y Adolescentes, iniciara una investigación por lo acontecido en la institución de Luque.

Mientras tanto, la ONG Somosgay, de Paraguay, apostó a buscarle el lado positivo al culebrón. Según informó el Diario Hoy, la organización celebró que los medios dieran cobertura a un tema tabú dentro de la cultura del deporte, que son los gays en el ámbito del fútbol.

«Pocos entrenadores, representantes o jugadores tienen experiencia trabajando con una compañera o un compañero abiertamente LGBT (lesbianas, gays, bisexuales o trans), otros dicen públicamente que no hay personas LGBT en sus equipos, mientras refuerzan una mentalidad de represión con sus chistes en los vestidores e indirectas sobre los varones gays. Como resultado, varios deportistas gays se mantienen firmemente encerrados en el clóset dentro de un sistema institucionalizado de intimidación», señala el comunicado.

«Bien por la visibilidad y felicitaciones por patear la puerta del clóset en el fútbol», escribió Simón Cazal, presidente de SomosGay, en su cuenta de Facebook.

«Hay gays en todos los lugares, estamos en todas partes. El caso que se expuso a la opinión pública aporta a la normalización, porque se habla abiertamente de que existen gays en el fútbol», concluyó Cazal.

Infobae