Destacadas

Badellino: “Los niños necesitan regresar al aula”.

Badellino: “Los niños necesitan regresar al aula”.
En el Día del Pediatra, el Dr. Héctor Badellino manifestó que los niños y adolescente están padeciendo notablemente las medidas de restricción y el impacto psicológico es muy grande. “Deberían reactivar las clases presenciales con las medidas de prevención”, consideró.
Además brindó los resultados del estudio sobre el impacto psicológico de la pandemia por COVID-19 en la población argentina.
Resultados:

-La primera parte del Estudio sobre el impacto psicológico de la pandemia por COVID-19 en la población argentina fue iniciada a los 9 días de iniciada la cuarentena (29 de marzo). Se encuestaron 1985 personas mayores de 18 años de toda la Argentina, y el 62,4% de la población mostró algún signo de impacto moderado a severo en su perfil psicológico (se midió ansiedad, depresión, estrés y calidad de sueño utilizando herramientas psicológicas validadas). Ese impacto para tan pocos días de iniciada la cuarentena es elevadísimo, mucho más que en Wuhan (donde se originó la pandemia, en China), España y muy similar a Italia en el inicio.

Esos resultados fueron plasmados en un artículo titulado: “Early indicators and risk factors associated with mental health problems during COVID-19 quarantine: Is there a relationship with the number of confirmed cases and deaths? (Indicadores tempranos y factores de riesgo asociados a problemas de salud mental durante la cuarentena por COVID-19: ¿Hay relación con el número de casos confirmados y muertes?” publicado en el International Journal of Social Psychiatry la semana pasada.

-La segunda parte del estudio se inició un mes y medio después de la primera y se encuestaron a 2839 personas mayores de edad de todo el país.

Se aprecia un notable incremento de los índices de ansiedad y depresión moderada a severa (la leve no se tuvo en cuenta), estrés significativo y calidad de sueño. Algunos ejemplos: ansiedad moderada y severa en la primera parte: 17%, segunda parte: 38,5%; depresión moderada y severa primera parte: 26,5%, segunda parte: 51,5% y estrés significativo: primera parte 26% de la población, segunda parte: 45% de la población.

Las personas de riesgo continúan siendo las mujeres, los jóvenes entre 18 y 27 años, las personas que viven acompañadas por pareja, familia o hijos (las personas solas tienen menos impacto), los fumadores, quienes tienen nivel educativo primario y secundario y los que tienen trastornos del sueño.

El impacto en mujeres es significativo (más del doble que los varones)  y en los jóvenes comparados con mayores de 65 años (los que menos impacto tienen). Con respecto al consumo de cigarrillos disminuyó en ese tiempo pero aumentó el número de fumadores con ansiedad, depresión y estrés lo que supone el uso de cigarrillo como canalizador de esos trastornos. Nuevamente las personas acompañadas presentan alto impacto comparadas con las que viven solas, seguramente porque la dinámica de la cuarentena prolongada en cuanto a las relaciones interpersonales impactan en dichos valores).

En esta segunda parte se agrega como factor de riesgo el nivel de escolaridad, que es un indicador social importante. Las personas con nivel primario o secundario tienen un significativo empeoramiento de todos los trastornos comparados con los que tienen nivel universitario. Se piensa que el impacto económico juega un rol importante en este punto.

El impacto en la calidad de sueño se ha deteriorado notablemente (en la primera parte el 54% de la población tenían despertares nocturnos o muy temprano y en la segunda parte el 70% los tienen. La calidad de sueño implica un deterioro en la calidad de vida de las personas y es uno de los indicadores más precisos en el impacto de la cuarentena prolongada en la población.

Hay una clara asociación entre depresión moderada-severa con preocupaciones: a los que están deprimidos le preocupa mucho más los cambios laborales, tener trabajo, no tener dinero para sus necesidades que enfermarse de COVID-19. Los desocupados también mostraron un notable incremento de los índices de depresión comparado con los que trabajan. Se puede inferir que con más de 6 meses de cuarentena, poco le importa a la población enfermarse, cuando su preocupación (y que lo lleva a estar deprimido) se enfoca más en su bienestar social y económico. Este fenómeno se ha podido documentar en otros lugares del mundo, aunque hay muy pocas publicaciones que hagan un seguimiento de la sociedad como hemos podido hacer, debido a lo prolongado de la cuarentena.

Creemos necesario que se tomen medidas inmediatas por parte de las autoridades de Salud Pública para poder generar espacios de contención y atender a la salud mental de la población argentina, caso contrario los efectos a largo plazo serán indelebles.

Cabe recordar que este estudio se realizó entre los dos y tres meses de iniciada la cuarentena y que probablemente los índices actuales, después de más de 6 meses de cuarentena probablemente sean diferentes.

El equipo de investigación del presente estudio estuvo integrado por: Dr Héctor Badellino ,Lic. Emilia Gobbo (Cátedra de Biología y Neurofisiología del Comportamiento, Coordinadores del equipo), Lic Mabel Cachiarelli, estudiantes de la Carrera de Psicología UCES San Francisco: Martín Biotti, Valentina Álvarez y Camila Gigante, y Eduardo Torres (CONICET-UNC) y Emilia Aschieri (Fac Lenguas UNC).

https://www.facebook.com/425323764186530/videos/1680460948784171

COMPARTIR