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Cortaron la energía en la planta de Sancor de Balnearia

Cortaron la energía en la planta de Sancor de Balnearia

La crisis en Sancor Cooperativas Unidas Limitada parece intensificarse con cada día que pasa.

La cooperativa eléctrica de Balnearia decidió cortar el suministro de energía en la planta de la localidad, como parte de las medidas tomadas debido a las deudas acumuladas de la empresa con la Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe (EPE).

Aunque inicialmente se había gestionado un plazo hasta el 28 de febrero para evitar sanciones por el impago, los cortes de luz comenzaron a implementarse, afectando el funcionamiento de la planta.

Además de los problemas energéticos, la situación laboral dentro de la compañía sigue deteriorándose. Según se informó la semana pasada, aproximadamente 200 trabajadores que estaban bajo el esquema de Jornadas Libres, con actividad reducida y una percepción del 75% de su salario, recibieron notificaciones de despido.

La medida fue tomada luego de que se flexibilizara el bloqueo impuesto por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra), lo que aceleró los despidos.

Los despidos generan fuertes tensiones internas, incluso dentro del gremio, ya que algunos trabajadores vinculados a Héctor Ponce, líder de Atilra, mostraron satisfacción por la situación de sus compañeros despedidos, generando malestar en las plantas y en las comunidades cercanas.

En particular, en la planta de Balnearia, que produce quesos semiduros, la situación es aún más compleja. La cooperativa de Balnearia había advertido sobre los cortes de energía, que ahora ponen en riesgo la producción.

El queso producido allí se destina a Devoto para la elaboración de productos como manteca y Mendicrim, lo que suma presión sobre el esquema productivo ya afectado por las dificultades económicas.

La esperanza de una inversión salvadora parece desvanecerse rápidamente, dejando a la empresa con pocas alternativas. Los empleados, tamberos y comunidades vinculadas al complejo enfrentan el temor de que la única salida viable sea la quiebra judicial, lo que pondría en riesgo aún más los empleos y las relaciones con los proveedores. La posibilidad de un concurso de acreedores se vislumbra cada vez más como una opción inevitable.

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