
En la víspera del 1° de Mayo, trabajadores y jubilados se reunieron en la Plaza Cívica de San Francisco para compartir una locreada cargada de simbolismo y reflexión.
Bajo el lema de resistencia, la actividad fue organizada por la CGT Regional San Francisco y distintas agrupaciones sindicales, en un contexto marcado por la crisis económica y el ajuste.
“Este 1° de Mayo no hay nada que festejar”, expresó con firmeza María Paula Cabrera, secretaria general de la CGT, al abrir el acto. Frente a ella, una audiencia diversa compartía la misma preocupación: la creciente dificultad para llegar a fin de mes y la sensación de que los derechos laborales y previsionales están siendo socavados.
A las 19 comenzaron a llegar los primeros asistentes, que se acomodaron en mesas y sillas instaladas junto a las obras del futuro Centro Cívico. Cerca, un par de ollas mantenían caliente el locro, que simbolizaba la unión en medio de la necesidad.
Durante el acto, también tomaron la palabra referentes de distintos sectores. Myriam Bratti, de la agrupación Jubilados y Pensionados en Lucha, rechazó una posible reforma previsional y defendió el rol de los sindicatos, reclamando respeto para quienes trabajaron toda su vida. “La lucha hoy es por sostener derechos y dignidad”, remarcó.
Darío Paredes, secretario de ATE y referente de la CTA local, cerró el encuentro con un mensaje crítico: “Este día debería ser de alegría, pero hoy nos atraviesa la tristeza. En esta ciudad que quieren mostrar bonita, también hay hambre, y eso no puede naturalizarse”.
El acto fue un llamado a la reflexión y a la acción colectiva en tiempos que golpean con fuerza a los sectores populares.