Si la conducción del bloque no decide expulsarlos, entre una decena y trece diputados podrían pegar el portazo y armar una bancada separada.
La conducción del bloque de diputados de la Unión Cívica Radical camina en estas horas decisivas sobre una cornisa muy delgada y se enfrenta a una encrucijada irreductible y fatal, en la que cualquier resultado de corto plazo será pérdida.
O se resuelve a expulsar a los cuatro (o cinco) diputados radicales “con peluca” que le dieron la espalda a proyectos de la propia fuerza política en temas que son inseparables de la identidad del partido centenario, o en su defecto los retiene al costo de sacrificar entre una decena y 13 legisladores nacionales, que dieron plazo hasta el martes antes de comunicar formalmente la formación de una nueva bancada.
El pedido de expulsión recae sobre Mariano Campero, Luis Picat, José Federico Tournier y Martín Arjol, en tanto que algunos le ponen la bolilla negra también a un quinto representante radical, Pablo Cervi, porque votó a favor del veto de la ley previsional y se abstuvo con la norma sobre actualización de partidas para universidades públicas nacionales.
Fuentes cercanas a la conducción del bloque radical reconocieron en off the record el atolladero en el que se encuentra la UCR ante un dilema que no arroja ninguna salida feliz.
Desde lo cuantitativo, queda claro que es mejor que el bloque, que hasta este miércoles contaba con 33 integrantes, pierda cuatro miembros antes que una decena, o una docena, pero hay otras variables a meter dentro de la base de cálculo.
Según deslizaron desde el entorno de De Loredo, esos diputados que quedaron en la picota tras votar en contra del bloque, sirven para contrapesar la influencia que tiene el grupo de legisladores que orbitan alrededor de Facundo Manes y Martín Lousteau.
En una hipotética votación de renovación de autoridades, claramente esos cuatro cinco diputados se inclinarían por la continuidad de Rodrigo de Loredo como presidente de bloque antes que encumbrar a alguno de los «renovadores», que tienen una impronta mucho más opositora y menos colaboracionista.
Se trata, en definitiva, de una decisión que obedecerá más a disputas de poder interno que a cuestiones ideológicas, de coherencia partidaria o de matemática pura.
“Hay fuerzas centrífugas que hace que sea difícil resistir en el centro. Esos cuatro diputados tiran para un extremo, pero los otros 11 también lo hacen para el otro extremo”, graficaron.
“Más que la cantidad hay que mirar el perfil de los diputados. A nosotros nos sirve retener a esos cuatro, que si bien se están yendo hacia el lado del oficialismo, están más cerca nuestro que de ellos”, confesaron las fuentes consultadas del bloque radical.
La aguja de la balanza, siguiendo estas definiciones, se inclina entonces hacia una ruptura mayor de la bancada radical, que volvería a partirse como sucedió entre diciembre del 2021 y diciembre del 2023, cuando un grupo importante conformó el bloque Evolución, alejándose de la conducción que en ese momento ejercía Mario Negri.
Lo confirmó en diálogo con la agencia Noticias Argentinas el diputado nacional de la UCR Fernando Carbajal: “Nuestra posición es muy clara. Si toman la decisión de apartar a esos diputados oficialistas, seguiremos adelante todos juntos. Si no lo aceptan, nosotros armaremos otro bloque».
Esta postura del formoseño, que es compartida por varios más, choca con la de buena parte del bloque que prefiere darles a los cuatro «radicales violetas» una nueva oportunidad bajo la condición de que se comprometan a seguir en adelante los lineamientos del partido.
“Nosotros no aceptamos eso porque entendemos que la convivencia con ellos es imposible. Para nosotros la foto con (el presidente Javier) Milei es una decisión política de irse del bloque», enfatizó.
Y agregó: «Han hecho un abuso de sobreactuación pública, con descalificaciones mediáticas. Incluso uno de ellos (por Campero) ha dicho públicamente que quiere ser candidato a gobernador de Tucumán por el oficialismo”.
En este sentido, el legislador opositor comentó que le pidieron a De Loredo, que charle con ellos y les transmita que tienen la posibilidad de «irse solos sin llegar al extremo de la expulsión”.
No obstante, Carbajal sostuvo que no observó en el cordobés “ninguna voluntad” para pedirles a los cuatro diputados que se alejen del bloque.
No queda del todo claro del todo qué cantidad de diputados podría pegar el zarpazo: junto a Manes y Carbajal se atrinchera en la postura más combativa Pablo Juliano y también están los legisladores de Evolución que responden a Martín Lousteau y a Emiliano Yacobitti.
Con dudas para elegir qué dirección tomar ante esta disyuntiva se encuentran, según pudo saber Noticias Argentinas, la jujeña Natalia Sarapura y la santafesina Melina Giorgi.