Lo contó Laura, una argentina que vive en el país asiático y tuvo que llevar a su mascota a un establecimiento para que lo eduque.

En Nueva Zelanda existe una estricta regulación social para el comportamiento de los perros, lo que conlleva una gran responsabilidad del dueño y éste debe enviarlo a una escuela que los eduque.

Según comentó Laura, una cordobesa que reside en el país asiático y vive con su Golden Retriever, debió mandarlo a un colegio para que adquiera un comportamiento «adecuado», según establece la norma del lugar.

«Es casi obligatorio, socialmente obligatorio diría, ya que la gente te pregunta si lo llevaste a la escuela de perros. Es una locura», señaló.

Y completó: «Todo lo que implique una conducta por fuera del comportamiento »kiwi» normal, es tu responsabilidad. Si el perro mata a un pájaro en la plaza te multan».

La novedad de la educación institucional de los animales se supo tras conocer que los perros deben portar obligatoriamente un microchip que advierte a su dueño ante la molestia de las demás personas.

Si las observaciones sobre su «mal comportamiento» llegan a cinco, interviene la perrera.