
Alejandro Ortíz compartió sus experiencias y pasión por el ciclismo. «En realidad, yo corrí toda la vida, desde chiquito», confesó Fernández, refiriéndose a su vínculo temprano con las bicicletas. Despues de una pausa prolongada por vivir en el extranjero, regresó al país.
Uno de sus mayores anhelos es competir en la doble San Francisco-Miramar, una carrera que ya había conquistado en el pasado. «Siempre me gustó la pista, pero ahora me aboqué más a la ruta debido a la desaparición de las pistas», explicó Ortíz, destacando los cambios en su enfoque deportivo a lo largo de los años.
Además de su propio trayecto, Bruno compartió la influencia de su padre en su carrera. «Mi viejo corrió 14 Miramares«, reveló con orgullo, subrayando una conexión familiar profunda con el deporte.
En los últimos años, Ortíz ha estado activamente involucrado en formar y fortalecer equipos locales como Winner Deportes en San Francisco. Con entusiasmo, describió cómo el equipo ha crecido y se ha consolidado, atrayendo a ciclistas de diversas disciplinas para formar un lindo equipo.
«Me acuerdo de una carrera tremenda en Buenos Aires el año pasado. Íbamos a correr en Salto el sábado, pero la carrera estuvo a punto de suspenderse. Finalmente, nos dirigimos a los Bosques de Palermo, un lugar espectacular donde competimos en el premio a Coya. Fue una experiencia intensa con un circuito de un kilómetro y medio y 100 vueltas. La locura de la gente en Buenos Aires es otra cosa. Aunque mentalmente no estaba preparado para los 150 kilómetros, logré terminar la carrera. Estar en el sprint final con esos corredores de élite fue una adrenalina impresionante. Fue una experiencia inolvidable competir y compartir momentos con ellos».