En la primera semana de julio de 2014, en Rafaela se dictó la prisión preventiva a Carlos Alberto Flores, exjefe de la Comisaría 6ª de Frontera, acusado de los delitos de tentativa de homicidio doblemente calificada y lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego. La jueza Cristina Fortunato aceptó lo pedido por los fiscales Guillermo Loyola y Diego Vigo, para prevenir el entorpecimiento probatorio, que no permitiría el correcto desarrollo de la investigación.
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A Flores se le imputó lo sucedido durante la noche del 18 de abril de 2014, cuando habría efectuado 2 disparos con una pistola 9 milímetros contra un menor (se dice que fue desde unos 20 metros), cuando este estaba en la vereda de la casa de un familiar en el barrio Acapulco, en Josefina, departamento Castellanos.
Uno de los proyectiles pasó cerca de la cabeza del jovencito, y el restante tuvo orificio de entrada y salida por lo que, consecuentemente, no existió plomo para peritar dado que este no se ubicó en el lugar del hecho y las inmediaciones.
Declaraciones testimoniales pusieron al policía de mención (vestido de civil y una mano vendada), haciendo uso del arma que detonó un par de veces. Entre los testimonios vertidos contra Flores uno dio cuenta de una oferta de $ 3.000 y el pago de medicamentos al herido, para acallar voces.
Otro hecho imputado a Carlos A. Flores tiene que ver con lo acontecido en la medianoche del19 de abril de 2014, cuando Gerardo Oscar Maidana estaba sentado junto a un amigo en la vereda de la finca que ocupaba en el barrio Acapulco, y observó que dos policías (uno sería Flores) apuntaban con escopetas a un sobrino.
Según declaró Maidana, en momento que se acercaba al lugar donde estaba su familiar, desde unos 8 metros los policías dispararon hacia él en repetidas oportunidades. Los proyectiles le causaron una fractura en un dedo de la mano izquierda, y varias lesiones en miembros inferiores y zona inguinal.
Figuró en las declaraciones una afirmación ligada a que un disparo de Flores ocasionó a Maidana una fractura de fémur derecho, y que la lesión podría afectar seriamente posibilidades de acciones laborales. No todo quedó allí en este caso, dado que el policía habría entregado 15.000 pesos a la familia del herido, para la compra de una prótesis y la atención en una clínica privada.
Luego de haber escuchado a las partes, remarcando el carácter provisorio de la medidala jueza Cristina Fortunato dictó prisión preventiva a Carlos Flores. En su argumentación hizo hincapié en el entorpecimiento probatorio, que no permitiría el correcto desarrollo de la investigación.
DETALLES DE
ULTIMA HORA
A poco más de un año de la decisión judicial antes descripta, una investigación periodística llevada adelante por LA OPINION en fuentes ligadas al entorno familiar del policía detenido en la cárcel de Las Flores, en Santa Fe, permite señalar lo siguiente:
* los abogados defensores Raúl Domenella y Pablo Mosconi a un año de dictarse la prisión preventiva todavía no registrarían acusación por parte de la Fiscalía. Además, se solicitó la reconstrucción del hecho (víctima el menor Walter Díaz) y todavía no se habría concretado.
* En el nuevo CPP no se impone plazo a la investigación como en el Código anterior, y esto evidentemente resulta negativo para el imputado que pasa sus días en Las Flores aguardando una decisión judicial.
* Quienes patrocinan a Carlos A. Flores han planteado dicha situación ante la Justicia, y se invocaron fundamentos de una ley donde claramente se destaca que la investigación debe ser rápida. La instancia se ha desnaturalizado de acuerdo a lo confiado a este Diario.
* Lo que se inscribe es que la investigación no tiene límite, pero la prisión preventiva sí, se destacó ante la consulta periodística.
* La familia del detenido solicitó la posibilidad de traslado desde Las Flores a la Alcaidía de la UR V de Policía, atendiendo a lo que se denomina «acercamiento familiar «, basándose en que el policía cuenta una hija de poco menos de 6 años de edad, que mostraría signos de retraimiento escolar, entre otras manifestaciones.
* Al respecto, se explicó a LA OPINION que en principio los magistrados intervinientes dirían que el tema de los traslados y los espacios dependerían de autoridades policiales y penitenciarias. Por otra parte, se sentenció que «no hay fundamentos razonables como para que Flores no esté cumpliendo en Rafaela, con la prisión preventiva dictada hace más de un año». Y se citaron ejemplos anteriores, con personas aún no condenadas.
* En la charla se deslizó que tal vez esta decisión judicial (a través de una Cámara) obedecería a que se estaría en presencia de un caso emblemático, y sobre todo mediático, por lo cual se trataría de evitar suspicacias. Aunque se trajo a la superficie que un determinado expolicía cumple condena en nuestra ciudad.
* No existirían condenas judiciales posteriores a que una pericia balística no haya dado resultado positivo. Hoy la realidad, en el caso que atañe a Carlos A. Flores la causa se sostendría solamente con declaraciones testimoniales de un terceto de personas que dicen que el citado disparó y lesionó a dos vecinos. Porque las pruebas científicas (pericia en una cápsula hallada en cercanías de donde fue agredido el menor Walter Díaz, entre otras) darían resultado negativo.
* Se mencionó en las conversaciones que buena cantidad de aportes -de todo tipo- presentados por la defensa, no habrían sido tenidos en cuenta para cambiar el temperamento de los jueces. Y sobre esto, se asegura, se insistirá en la continuidad de las `presentes y venideras’ actuaciones.