Fernando Kleimer, un histórico del básquet local, recordó sus inicios en la primera camada de los ‘Halcones’, un equipo que dejó huella en la ciudad. “Era una época de pura competencia y corazón”, dice Fernando, quien jugó de pivot entre 1985 y 1990.
Fernando recordó cuando se unió al equipo. “En esos años, volábamos en la cancha”, recuerda con una sonrisa. La elección del nombre “Halcones” se debió a un impulso del grupo, aunque no recuerda quién lo sugirió. “Lo importante es que teníamos garra y corazón”, añadió.
Hoy, Fernando anhela revivir esos momentos. Después de estar 27 años en otra provincia, volvió y se encontró con la ausencia de un equipo de veteranos en San Francisco. “Me sorprendió no encontrar uno. Siempre vi el básquet como un cable a tierra”, comenta.
El exjugador propone que quienes comparten su pasión se unan. “Para todo gran proyecto, lo primero que necesitas es una idea”, afirma. La idea es sencilla: juntarse, jugar y recordar viejos tiempos. “Aunque seamos solo cinco al principio, es un buen comienzo”, dice.
Fernando anima a los que están interesados a acercarse a los clubes locales y anotarse. “Así, vamos a poder organizar partidos y disfrutar juntos”, explica. Para él, el deporte es vital. “Hacer ejercicio es lo mejor que te puede pasar”, asegura, enfatizando la importancia de mantenerse activo.
Además de su amor por el básquet, Fernando se ha convertido en chef privado y consultor gastronómico. Pero, su corazón sigue latiendo por el básquet. “No hay nada como volver a la cancha y reencontrarse con viejos amigos”, dice con emoción.