Las paredes siguen hablando en la ciudad de San Francisco y en este sentido se está hablando de algo muy importante, el Trastorno del Espectro Autista. A raíz de ello, hablamos con Aylén Di Giovanni, quien fue la encarga de hacer un mural muy especial atrás del edificio del Banco Córdoba.
Es un mural muy significativo porque Patricio, el hijo de Aylén, tiene autismo y eso generó la idea de crear la obra de arte.
«El trabajo que hice sobre el autismo lo hice hace un mes y surgió con un grupo de TDG Padres CEA San Francisco y la Municipalidad con el proyecto Las Paredes Hablan. Hace dos años que partenezco al grupo y hace varios años que hablamos de autismo», manifestó Di Giovanni.
A su vez, explicó: «En este último tiempo se habla más de autismo, no solamente nosotros sino que a nivel nacional se está concientizando mucho más, hay muchas personas con autismo que hablan de ello, muchos profesionales se refieren a la temática».
Con respecto al significado del mural, la artista expresó:»Este mural me represente muchas cosas, mi hijo tiene autismo y hace que entienda de todo esto. Hace dos años que fue diagnosticado y es por ello que este mural significa mucho para mí».
«Decidí representar unos niños con autismo y con diferente variedad porque el autismo varia mucho, no son todos iguales, algunos tienen más apoyos significativos que otros. También decidí plasmar las funciones ejecutivas, el autismo no es lineal», argumentó.
Signos y síntomas de los trastornos del espectro autista
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno que afecta la habilidad para interactuar y comunicarse socialmente. Es una afección del neurodesarrollo que presenta alteraciones en la comunicación y en las interacciones sociales, junto a otras características, como comportamientos repetitivos, restringidos y estereotipados.
Las manifestaciones pueden ser muy variables entre las distintas personas de acuerdo a su crecimiento y maduración, y generalmente con impacto de por vida.
Las señales de alerta que pueden aparecer son:
- Falta de respuesta cuando al niño o niña lo llaman por su nombre (a partir del año de edad).
- No señala objetos mostrando su interés (a partir de los 14 meses de edad).
- No juega con situaciones imaginarias (a partir de los 18 meses de edad).
- Evita el contacto visual y prefiere estar en soledad.
- Retraso en el desarrollo del habla y del lenguaje.
- Falta de reciprocidad ante la demostración de los sentimientos de otras personas.
- Irritabilidad frente a cambios mínimos.
- Repetición de palabras o frases.
- Movimientos incontrolados del cuerpo, sobre todo de las manos.
No se conocen las casusa. Se sospecha que hay una predisposición genética pero que además influyen otros factores.
Por Luis «Pitu» Giordano