El candidato de ADN lo acusó de tener vínculos con el narcotráfico. Juez se quejó de los que tiran “baldes de mugre” en la campaña
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Llegó el día en que Luis Juez bebió de su propio veneno. Ayer, en el estudio de El Show de La Mañana (Canal 12), se lo vio quejarse de ser el blanco de una denuncia sin pruebas y, ya como parte del elenco estable de la política cordobesa, protestó por “lo nuevo” que representa el periodista Tomás Méndez.
Incluso su atacante, Méndez, parodió al propio Juez, probablemente en forma involuntaria, cuando dijo que él había confiado en el líder del Partido Nuevo en 2003, pero que más tarde lo defraudó. Es la misma argumentación que usa Juez para explicar por qué siguió a José Manuel de la Sota o a Néstor Kirchner y luego se convirtió en fuerte opositor a ambos.
Méndez y Juez chapotearon en el barro. El periodista había comenzado la mañana complicado porque a dos semanas de las elecciones ya es hora de que explique mejor de dónde surge el dinero para su costosa campaña publicitaria, cuando asegura que su candidatura a intendente no tiene la banca ni del kirchnerismo ni del delasotismo.
Para no dar una respuesta, mejor plantear una nueva pregunta. Porque de los fondos de la campaña dijo que son todos aportes de particulares que van a parar a una cuenta del Banco Nación, sin ofrecer más precisiones que compensen las dudas que provoca. Si fuera su programa, le exigiría más datos al entrevistado.
Pero con habilidad mediática encontró un giro para la agenda: acusó a Juez, con quien disputa el electorado que podría denominarse antisistema, de tener vínculos con el narcotráfico.
Así lo dijo: “Lo que nos diferencia de Juez el compromiso en contra de la droga y a favor de los vecinos. Sabemos quién financió a Juez en 2003 y terminó como secretario de Espectáculos Públicos de Luis Juez. Fue Roberto Moyano, el dueño de Rapoza que terminó detenido por trata de personas y narcotráfico. Y él puso a (Daniel) Ramírez, que era quien vendía los autos a Moyano, simplemente para esconder su nombre, pero Roberto Moyano iba a pagar las publicidades de Juez”.
En ese momento de la mañana, Juez estaba dando una entrevista en radio Mitre, en el mismo edificio, y fue convocado a dar una réplica en el piso de El Show de La Mañana, porque la denuncia era demasiado fuerte como para esperar a la invitación que ya tenía para el lunes el candidato a intendente del olguismo.
Juez se sentó entonces frente a la misma pantalla para responder a las acusaciones, aunque aclaró enseguida que exigirá de Méndez una respuesta en los Tribunales. Más canoso que en la campaña del 2003, se preguntó sobre Méndez: “¿esto es lo más nuevo? ¿Esta forma de jugar a tirar baldes de mugre nada más?”.
“No es la forma de defenderte acusar a los demás de cualquier cosa que te venga a la cabeza”, recomendó Juez. Sí, Luis Juez.
El viejo abanderado de la nueva política refunfuñó por culpa de su discípulo. Recordó que él lo había acompañado en algunas de sus denuncias mediáticas y que hasta lo patrocinó como abogado. Parecía desorientado y hasta podría decirse que traicionado. Y hasta podría haber agregado que muchas veces se barajó la hipótesis de que Méndez podía ser el candidato a intendente de Juez, en las ocasiones en que éste buscó la Gobernación.
Para Juez la denuncia tiene que ver con que Méndez está mal porque le preguntan por los gastos de su campaña. “Asusta desde la magnitud económica; será que eso lo pone incómodo y empieza a agraviar”, afirmó. También especuló que al entrar en la etapa de las definiciones, los cordobeses que no quieran la reelección de Ramón Mestre buscarán el voto útil que, dijo, representa él y no el periodista.
Méndez es el nuevo Juez, quien se ha convertido en el león herbívoro de la nueva política. Pasarán los años y si los dos siguen siendo protagonistas de la política cordobesa podrán continuar con este juego de roles: Méndez, el denunciador, quizás le ofrezca a su víctima que sea su compañero de fórmula después de perdonarse mutuamente, como lo han hecho ahora Luis Juez y Olga Riutort.
Diario Alfil