
La colectividad alemana se alista para ofrecer a los asistentes de la Buena Mesa una experiencia gastronómica única durante este fin de semana.
María Rosa Eder, miembro activo de la comunidad, compartió con entusiasmo las opciones que estarán disponibles en su carpa: «En la parte de los salados tenemos salchichas, el pancho común y el pancho alemán con chucrú y papas. También ofrecemos el plato alemán con salchicha fraun, panceta, queso, chucrú y aderezos«, detalló Eder.
Los «brochets con bondiola de cerdo, salchichas, verduras gratinadas con chucrú» también estarán presentes, junto a una variedad de deliciosas tortas que no pueden faltar, como la famosa «selva negra» y el strudel.
«Las tortas son muy buscadas, tenemos variantes con frutos secos, manzana, durazno y chusquen, además de cremas con nueces«, añadió con orgullo. En cuanto a las bebidas, habrá café y agua, pensados especialmente para quienes necesitan algo caliente para el mate o la mamadera.
Con 21 años de experiencia en estos eventos, Eder explicó que la preparación es una tradición familiar que involucra a sus hijos, hijas y nietos. «Ellos están muy entusiasmados, ya que llevan años acompañándome», comentó. Cada año, la colectividad se organiza con un equipo de unas 15 personas, que incluye a quienes ayudan con la decoración y la atención en el stand.
Este año, el evento se desarrollará sin mesas dentro de las carpas, lo que permitirá ofrecer más espacio para la venta de alimentos. «Nos ubicaremos entre las carpas de Perú y Cuba, junto a otras colectividades que también participarán», explicó.
La famosa «selva negra» y el strudel, especialmente, son los platos más solicitados, aunque los asistentes también podrán disfrutar de la salchicha alemana y su acompañante más tradicional, el chucrú.
«El strudel es una masa fina, conocida como masa filo, rellena de manzanas, nueces y pasas de uva», describió Eder, destacando la popularidad de este postre. A lo largo de los años, vendieron alrededor de 400 porciones de sus deliciosas tortas y strudel, con precios que rondan los 6.000 a 6.500 pesos por porción.
La preparación de este evento comienza casi un mes antes, con los pedidos de los ingredientes y la organización de los detalles. «Es un trabajo de hormiga, pero es una fiesta muy linda para nosotros, ya que la gente nos conoce y siempre nos elige», comentó Eder con una sonrisa.
Este evento no solo celebra la gastronomía alemana, sino también las tradiciones familiares. «Mis hijas son descendientes del conde Metternich y nos sentimos muy conectados con nuestras raíces», explicó Eder, destacando la importancia de mantener vivas las costumbres alemanas y mencionando que la familia juega un rol central en la organización.
«El Festival de Abuela Mesa se convierte en un punto de conexión para no perder nuestras costumbres», agregó.
Finalmente, María Rosa Eder dejó un mensaje para todos aquellos que deseen conocer la oferta de la colectividad: «Los esperamos en el stand de los alemanes, donde podrán disfrutar de una experiencia casi familiar».
Con la carpa ya montada y los últimos detalles por ajustar, la colectividad alemana está lista para recibir a todos los visitantes con los brazos abiertos y los sabores más auténticos.