Provinciales

Schiaretti y el modo “Córdoba no para” que inquieta a la oposición

Schiaretti y el modo “Córdoba no para” que inquieta a la oposición

“No tienen para dónde salir. Con qué pegar. Están a la espera de que vengan a acomodarlos desde afuera y les marquen la hoja de ruta”. Esta frase lanzó el viernes por la tarde un alto funcionario del gobierno provincial en relación a las disposiciones que dará a conocer Juan Schiaretti y que pondrá, una vez más, una distancia con Nación.

Y es esta etapa de distanciamiento obligatorio con la gestión que encabeza Alberto Fernández la que incomoda al arco opositor en Córdoba. El argumento de ‘Schiaretti es igual a los K’ no talló con fuerza ni en el 2020, cuando había cierta sintonía entre Casa Rosada y El Panal con el Congreso como escenario de esos acuerdos. En aquel momento, los cuatro diputados schiarettistas recibieron la orden de cuándo acompañar, cuándo mostrar autonomía y en qué momento profundizar los diálogos con Sergio Massa y Máximo Kirchner, el doble comando que controla la Cámara baja.

Pasillos más allá, se sabe, es todo de ella: Cristina Fernández de Kirchner. Y el schiarettismo reconoce que ahí tiene poco por hacer. No sólo por el rol de la vicepresidenta, sino también porque el senador del PJ cordobés, Carlos Caserio, también entró hace rato en fase de distanciamiento, pero con El Panal.

El autónomo moderado

Hace algunas semanas, a oídos de un parlamentario de buena llegada al gobernador llegó un análisis en forma de pregunta: “¿Schiaretti no es el último moderado?”. El hombre asintió en parte, aunque sumó a otros moderados más: Horacio Rodríguez Larreta, Roberto Lavagna, Juan Manuel Urtubey y Florencio Randazzo. Sin embargo, sacando al alcalde porteño, el schiarettista paladar negro se dio cuenta rápidamente que el único que tiene votos y peso en la escena política nacional es el mandatario cordobés.

Peso que en las últimas semanas escaló un nivel y llegó a la autonomía. Con un final de 2020, el año más complicado de las tres gestiones de Schiaretti, que de alguna manera anticipó lo que se venía porque en las últimas apariciones del año pasado en el Centro Cívico comenzó a tejerse el adelanto de Perfil Córdoba y el propio gobernador habló por primera vez de Gestión Córdoba.

En aquella ocasión, con un intento por lo bajo de comprar vacunas al margen de las que lleguen de Nación y lograr lo que en ese momento manifestaban algunos como ‘autonomía sanitaria’. La cosa se complicó, Schiaretti se alejó de la negociación y la delegó cuando vio cómo venía el panorama y modificó el GPS atento a la segunda ola: sin vacunas en cantidad, a incrementar camas. Algo que no sucedió en las gestiones de Larreta y Kicillof.

Con ese respaldo se la juega a aguantar sin restricciones duras. Sin la suspensión de las clases presenciales que enredaron a Larreta y Alberto F., y mucho más distante del regreso a la Fase 1 que imploran cerca de Axel K.

El desconcierto opositor

La incertidumbre entre los socios locales de JxC radica en las pocas respuestas que encuentran. Acá y allá. En Córdoba, porque los intendentes radicales y no peronistas ya demostraron sintonía fina con El Panal ante las consecuencias de la interna UCR y el desconcierto que muestra el resto.

Y afuera, el problema está en el coqueteo de los top nacionales con la administración de Schiaretti. Antes lo sufrieron con Macri; y ahora, después del paso por la Fundación Mediterránea de Larreta, a más de uno le transpiran las manos. O el bigote.

Cóctel que se vuelve a complicar cuando le agregan la relación de Gustavo Santos con Macri, Larreta y Schiaretti. El bendecido para la parada 2021 no es ninguno de los que estuvo en 2019 o 2015; es otro, el Frankestein del establishment como dijo Perfil Córdoba el año pasado. El que tiene un poco de todos: de UCR, PRO, PJ, Círculo Rojo y aguarda la bendición de Macri en Córdoba, que puede darse este fin de semana con el expresidente en Potrerillo de Larreta.

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