En la mañana de este viernes, en marco del Día del Maestro, se llevó a cabo en el Centro Educativo «Marina María Magdalena Fava de Esteban» el acto protocolar alusivo a la fecha, con la presencia de autoridades municipales y comunidad educativa.
Allí los estudiantes de segundo grado personificaron la vida del Domingo Faustino Sarmierto, recordado su legado en pos de la educación para nuestro país, y entonaron las estrofas del himno en su honor.
En ese sentido, el presidente del Concejo Deliberante Gustavo Klein recordó a Sarmiento y su insistencia en la “valoración de la educación como agente transformador de un país”, reconociendo el fortalecimiento que brinda la escuela en la construcción cultural e identidad de las personas.
“La docencia es una profesión que, a través de la voz y la tiza, se convierte en el pasaporte para que otros puedan hacer realidad los propios sueños. En sus manos está la felicidad de otros, sembrando una semilla de esperanza, es por ello nuestro reconocimiento por su gran labor”, sostuvo Klein.
Por su parte, la inspectora de Nivel Primario, María Azucena Sánchez manifestó que este día tan especial nos convoca a “la reflexión sobre las escuelas, la educación, el rol de los docentes”, haciendo hincapié además en las transformaciones que se suceden en este ámbito a través del tiempo, como lo son los entornos tecnológicos y atravesamientos de la época que desafían profundamente el rol del docente.
“Además de construir un vínculo pedagógico, el docente debe ser experto en los contenidos que enseña y aprender también a cuidar al otro”, mencionó Sánchez refiriéndose asimismo en la dificultad de ser docente en estos tiempos, “necesitamos que los niños vuelvan a estar interesados en estudiar, en aprender, encender ese fuego sagrado de construir un proyecto de vida que sea importante para convertirse en personas felices”, concluyó la inspectora.
En tanto, la directora del Centro Educativo «Marina María Magdalena Fava de Esteban», Gabriela Orellana, citando al doctor en Educación Daniel Brailovsky, mencionó que los docentes necesitan ser “arquitectos porque nuestras aulas merecen ser pensadas desde la perspectiva de la practicidad, siendo también anfitriones para que el aula sea un lugar cómodo, caracterizado por el cuidado con lo que ello implica, pensar en el otro, dedicando tiempo al otro”, utilizando las herramientas adecuadas para construir aprendizaje.