
Ulises Caula y Alina Genesio, jóvenes de nuestra ciudad que recorrieron Europa en bicicleta para brindar un mensaje sobre la diabetes, en su visita a RADIO ESTACIÓN señalaron que si la persona con diabetes se cuida, puede llevar adelante una vida completa.
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Ulises y Alina decidieron dejar lo que tenían en Argentina y emprender viaje por distintos países. Antes, se decidieron a buscar información sobre personas con diabetes tipo 1 (enfermedad que tiene Ulises) para ver sus experiencias fuera del país. Los pocos resultados encontrados, los motivaron a difundir su experiencia en Internet y tratar de ayudar a los demás. Sin embargo esta tarea llegó «de casualidad» como explican ellos tras una nota subida al blog que poseen donde contaban la experiencia de Ulises con la diabetes tipo 1 y los viajes. A partir de ese momento las personas se comunicaron con ellos para interiorizarse.
«Primero tuvimos esa idea de decir dejamos todo y nos vamos afuera, vendimos nuestras cosas» comenzó relatando Alina. En tanto que lo de la diabetes surgió 15 meses después de irnos a Argentina. «Estuvimos tres meses trabajando como voluntarios, después conseguimos un visado en Dinamarca para trabajar 15 meses» señalaron.
Antes de continuar con sus relatos, es importante diferenciar la diabetes tipo 1 de la tipo 2. La persona que tiene diabetes tipo 1 es insulino dependiente, es decir, necesita inyectarse insulina todos los días para poder vivir. En cambio la diabetes tipo 2 con una dieta y un cuidado en ejercicios puede evitar la insulina.
El día de la diabetes del año 2014, Alina y Ulises subieron una nota a su blog llamado «Viajeros Crónicos» donde contaban la experiencia de Ulises en este viaje sin fecha de retorno definido: «partir de ahí comenzaron a llegar consultas, y ahí nos hizo el click de ayudar a la gente» comentaron. Además indicaron que utilizaron la bicicleta porque le recomiendan este tipo de actividad a una persona con diabetes tipo 1.
Consultado sobre su viaje y las posibles complicaciones para conseguir insulina, Ulises comentó: «me había llevado insulina como para aproximadamente un año y medio, me fui cuidando en las comidas y utilizando menos para poder llevarme más, mi doctora nos envió una caja desde acá con eso pudimos viajar el resto de los meses en bicicleta. En Berlín perdimos 7 lapiceras de insulina lo que implica 7 meses de viaje y tuvimos que regresar antes».
En cuanto a su experiencia durante los meses de viaje señalaron que buscan ver lo bueno a pesar de tener la enfermedad, «si la persona se cuida, hace ejercicio puede viajar, puede vivir distintas experiencias» expresaron.
En lo que respecta a recomendaciones para los demás indicaron que «la persona pasa de la negación a la aceptación cuando habla con otras personas con diabetes tipo 1 y que puede hacer algo bueno, que puede motivar a los demás, que puede informar a los otros, que puede ayudar a alguien a salir de la depresión. En especial damos recomendaciones enfocadas a las personas que están al lado porque para el diabético se le hace difícil a veces entonces el que está al lado ayudarlo».