
El pasado 2 de abril se cumplieron 43 años del inicio de la Guerra de Malvinas, conmemorándose el Día del Veterano y los Caídos en el conflicto bélico. En ese contexto, Radio Estación 102.5 dialogó con Roberto Vergara, acerca de la experiencia y la emoción por haber inaugurado hace poco la sede del Museo Héroes de Malvinas.
«Estamos felices, contentos por la nueva sede que tenemos, que podemos recibir a todos los chicos de los colegios. El día de la vigilia fue una sorpresa inmensa para nosotros, inclusive para los veteranos, porque nos hicieron un video sorpresa con la familia y nos hicieron lagrimear un poco, nos hizo emocionar que un hijo te hable en la pantalla diciéndote cosas que por ahí en persona porque no se animan, pero están y sienten también el dolor de su padre por haber estado en Malvinas», inició.
Sobre la llegada a las islas, indicó: «Hice servicio militar en Comodoro Rivadavia. El 2 de febrero llegué a la compañía, que tenía 200 soldados. Un día nos llevaron a un campo de instrucción a 40 kilómetros de la ciudad, ahí es donde estuvimos parte de la instrucción. Cuando Argentina recupera las Islas, nosotros no sabíamos nada de lo que estaba pasando; después el día 6 nos hacen una formación en el mismo campo y van nombrando soldados, entre esos nombres estaba yo, nos dijeron que recogiéramos todo lo que teníamos en la carpa, subiéramos al camión y ya estaba».
Contó: «Llegó el colectivo a San Francisco a las 20 horas. Desde la terminal arranqué caminando hasta la casa de mis padres cerca del Hospital». Su familia lo suponía pero nunca había podido confirmar que estaba combatiendo en Malvinas dado que las cartas que envió nunca llegaron a destino, así que la emoción por su regreso fue plena y muy grande.
«Me atendió mi hermana, que no sabía si gritar, abrazarme o llorar, yo estaba con un nudo en la garganta, porque tampoco le podía decir ni hola. Sale mi padre, se le cae el plato de comida que tenía, ahí el llanto, el abrazo de todos. Escucharon los vecinos y vinieron», relató.
«Fue un abrazo, una alegría inmensa y más grande de haber vuelto a casa. Agradecido a Dios por no haber recibido ninguna lesión física, de estar vivo y poder seguir por el camino de la «malvinización», lo que seguimos haciendo cada uno de los compañeros», definió.
Lo cierto que es hace pocos años se enteró que es parte de una de las fotos más icónicas de la guerra, donde se ve a un grupo de soldados contra una pared mientras leían el diario Crónica.
«El mensaje que doy es que mientras tengamos vida, estemos de pie y tengamos salud, vamos a seguir haciendo lo que estamos haciendo, que es seguir malvinizando, para que la conozca a fondo sobre Malvinas. Por eso los invito también al museo, a que se acerquen», cerró.