La Presidenta se reunió con su nuevo gabinete ante el agravamiento de la crisis que enfrenta el gobierno debido al fallo de un tribunal legislativo que ayer recomendó al Congreso que rechace los balances del Ejecutivo por irregularidades.
[divider][/divider]
«No hay nada contra mí, no puedo pagar por aquello que yo no hice», dijo Dilma Rousseff a personas de su confianza luego de asistir a la sesión del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), en la que fue reprobada su gestión de 2014 por supuesto ocultamiento de gastos, citó hoy la agencia Ansa.
Según el tribunal, que es órgano consultivo del Congreso, Rousseff destinó fondos a planes sociales pero no los computó como gastos, algo que popularmente se conoce en Brasil como «fintas fiscales» lo cual es violatorio de la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Apenas se difundió ayer el fallo del TCU, el titular del Senado, Renan Calheiros, aliado del gobierno, anticipó que el análisis del parecer del tribunal deberá cumplir los plazos hasta llegar al recinto para que sea votado por el pleno del cuerpo.
En la misma línea, hoy el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, del PMDB pero enfrentado personalmente con el gobierno, dijo que el análisis del parecer del TCU en el Congreso será «un trámite lento», que no se cumplirá hasta 2016.
El fallo del TCU fue un nuevo revés para la administración del Partido de los Trabajadores (PT), por lo que Rousseff citó a sus 31 ministros a una reunión de urgencia a las 16 horas.
«Posteriormente Rousseff embarca, a las 20 horas con rumbo a Bogotá desde la Base Aérea de Brasilia, en el sector militar», informó hoy la oficina de prensa del Palacio del Planalto, sede del gobierno.
La de hoy fue la segunda postergación de la partida hacia Colombia ya que inicialmente la visita de Estado iba a ser entre los días 3 y 4 de octubre, según lo había anunciado el ministerio de Relaciones Exteriores.
El ambiente era tenso hoy entre ministros y dirigentes del PT en Brasilia, capital administrativa y centro del poder político. «La oposición salió fortalecida con el fallo del Tribunal de Cuentas es un hecho concreto y es la función de ellos sacar partido a esa realidad», admitió hoy el senador Delcidio Amaral, del PT y jefe del bloque del gobierno en la Cámara Alta.
«El gobierno tiene que salir de las cuerdas, tenemos que evaluar que ocurrió en estos días en el Tribunal de Cuentas y en el Congreso», agregó el congresista.
Su comentario remite a que además de la derrota en el Tribunal de ayer, en el Congreso el gobierno no logró tener quórum para sesiones en las que se iba a tratar una agenda considerada importante con medidas de impacto económico.
Esa ausencia generalizada de parlamentarios Amaral la atribuye a que se hicieron «las cosas mal con el nuevo gabinete» presentado el lunes por Rousseff, con más miembros del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aliado del gobierno y clave en el Congreso.
«Por lo visto el PMDB no aportó» los legisladores que el oficialismo necesitaba y esto demostraría que esa agrupación no cumplió las promesas empañadas, lamentó el senador.
Con un fallo contrario en el Tribunal de Cuentas y sin mayoría en el Congreso, el gobierno de Rousseff expresa un momento de vulnerabilidad a sólo 10 meses de haber comenzado su nueva gestión.
A lo que debe agregarse que también esta semana el Tribunal Superior Electoral votó por mayoría reabrir una investigación sobre presunto financiamiento ilegal de la campaña de 2014 en la que Rousseff fue electa al superar en balotaje a su rival Aécio Neves, del opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB).
Pese a que la frustración predominaba hoy en el Palacio del Planalto (sede presidencial), el clima era de optimismo en el PSDB y otras agrupaciones opositoras ante la posibilidad, ahora más cierta, de que se pueda enjuiciar a Rousseff.
«Obviamente» el PSDB va a «apoyar» un eventual pedido de «impeachment» (juicio político) contra Rousseff, afirmó hoy el senador y ex candidato presidencial Aécio Neves, derrotado por pequeño margen en 2014.
La salida de Rousseff del gobierno es «lo que piensa no sólo el PSDB sino más del 60 por ciento de los brasileños, y la recomendación dada ayer por el Tribunal de Cuentas agrava mucho la situación de la presidenta», acotó Neves.
Por su lado, el presidente de la Cámara de los Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, afirmó hoy que será lento el análisis de los balances públicos del gobierno de Rousseff en 2014 reprobados por el Tribunal de Cuentas.
Cunha, del PMDB y actualmente investigado por lavado de dinero en le caso Petrobras, dijo en declaraciones a periodistas que la votación de las cuentas relativas al ejercicio de 2014 se realizará previsiblemente el año próximo y recalcó que «no hay plazo» máximo para concluir las deliberaciones.
La aprobación o el rechazo de las cuentas públicas es una atribución del Legislativo, aunque el gobierno sufrió un revés con la decisión del Tribunal de Cuentas de recomendar al Parlamento que vote en contra.
La oposición consideró que esa política de fuerte gasto público apoyada en «ilegalidades» tenía como único objetivo mejorar la imagen de Rousseff de cara a las elecciones de octubre de 2014.
Después de conocer la decisión del Tribunal de Cuentas, el Gobierno defendió por medio de un comunicado la «absoluta legalidad» de sus balances.
Telam