Dario Burgenes es profesor de educación física, bailarín y tatuador. Su día a día es una mezcla de estas actividades que lo apasionan.

En el ámbito del tatuaje, Burgenes se especializa en retratos y escritos. «Me encanta tatuar», confesó. «Es una forma de expresarme de manera creativa». De hecho, su pasión por el tatuaje comenzó cuando él mismo se tatuaba. «Empecé tatuándome a mí mismo», recordó. «Me gustaba el arte del tatuaje y quería aprender a hacerlo. Así que me compré una máquina y empecé a practicar en mí mismo».

Para Darío la zona mas difícil para tatuar a una persona es en la zona de las costillas, ya que normalmente las personas se ponen nerviosas o tienen cosquillas. Uno de los tatuajes que mas le costó hacer fue el de Ragnar, personaje ficticio de la serie Vikingos. También tiene trabajos destacados como un tatuaje completo de la Mona Gimenez en la espalda, Jesús de Nazaret y demás obras de arte.

También es un bailarín experimentado, con 22 años en las pistas. Trabajó con destacadas figuras, como Jean Carlos. «Bailar con Jean Carlos es un placer», dijo. «Nos conocemos hace mucho tiempo. Tuve la suerte de conocerlo en Córdoba». Participó en numerosos espectáculos, recientemente participó en Cosquín Cuarteto y en los carnavales de Sastre.

Además de su trabajo como tatuador y bailarín, Burgenes también es profesor de educación física y dirige una academia de baile junto a su socia, Romina Varale, llamada Estudio de Arte en Movimiento. «La academia es un lugar donde las personas pueden venir a bailar y divertirse», explicó.

A pesar de su apretada agenda, Burgenes siempre encuentra tiempo para su familia. «Mi familia es lo más importante para mí», aseguró. «Tengo cuatro hijos y siempre trato de pasar tiempo con ellos y hacer cosas que les gusten».