Una de las testigos del crimen tuvo una crisis de angustia durante su declaración ante la Justicia, en la que agregó detalles sobre cómo fueron los momentos previos al crimen
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La abogada que acompañaba a Fernando Farré el día que asesinó a su esposa Claudia Schaefer en el country Martindale, de Pilar, declaró que al darse cuenta de que el ex gerente estaba apuñalando a su mujer, se sacó las zapatos para correr más rápido porque pensó que su cliente salía del vestidor y continuaba la matanza con todos los que estaban en la casa.
Fuentes judiciales informaron hoy a Télam que la abogada Andrea Verónica Frencia (25) declaró ayer ante la fiscal de Pilar a cargo de la causa, Carolina Carballido, para ampliar sus dichos.
Según la abogada, durante el viaje a la casa, Farré no estaba nervioso ni hizo ningún comentario agresivo contra su esposa
Frencia fue una de las dos testigos presenciales del hecho y sólo había realizado una breve declaración en la comisaría, porque el mismo día del crimen tuvo que viajar por la noche a Europa.
A la letrada se la notó muy afectada por lo que le tocó presenciar y tuvo una crisis de angustia en medio de su declaración. Para poder concluir tuvo que ser asistida por el psicólogo de la fiscalía.
LOS MOMENTOS PREVIOS AL CRIMEN
Frencia contó que Farré entraba y salía de la casa y que se movió por distintos ambientes aunque ella no prestó atención por dónde
La abogada explicó que ella fue al country Martindale en el mismo auto que Farré y su madre, Nenina Castro, y que llegaron alrededor de las 10 de la mañana. Según la joven abogada, durante el viaje Farré no estaba nervioso ni hizo ningún comentario agresivo contra su esposa Schaefer, que esa mañana iba a llegar al country para, como parte del acuerdo de la separación, retirar su ropa y pertenencias.
En la hora de espera hasta que llegaron Schaefer y su abogado Carlos Quirno, Frencia contó que Farré entraba y salía de la casa y que se movió por distintos ambientes aunque ella no prestó atención por dónde.
Lo que sí ratificó la abogada es que el propio Farré les preparó a ella y a su madre un té, lo que para la fiscalía es una prueba de que en algún momento, antes de que llegara su esposa, el imputado estuvo en la cocina y allí pudo haber agarrado los dos cuchillos que había en un set de cinco, en un taco de madera, y que fueron empleados para cometer el asesinato.
Frencia dijo que no hubo ninguna discusión previa entre Farré y su esposa, y que notaron que algo malo pasaba cuando empezaron a escuchar los gritos de la madre de Farré
Frencia recordó que cuando llegó Schaefer, ella y el abogado Quirno salieron por la puerta de servicio al costado de la casa, para dialogar sobre cuestiones del divorcio.
Al igual que contó el abogado Quirno, Frencia también ratificó que no hubo ninguna discusión previa entre Farré y su esposa, sino que se dieron cuenta de que algo malo pasaba cuando empezaron a escuchar los gritos de Castro que le decía a su hijo: «¡Pará, pará!».
Ambos abogados entraron a la casa, advirtieron que Farré estaba encerrado en el vestidor atacando a su esposa y todos salieron de la casa. Mientras Quirno y la madre de Farré fueron a ver lo que ocurría a través de la ventana del vestidor, Frencia relató que ella salió corriendo de la casa.
«Incluso contó que se sacó los zapatos para poder correr con mayor facilidad porque pensó que Farré salía del vestidor y continuaba la matanza con ellos», dijo una fuente judicial.
La Nación