
En la tarde del miércoles, una adolescente de 15 años fue víctima de un intento de acoso callejero en el barrio Sarmiento.
Según relató su padre, Gabriel, el hecho ocurrió mientras la joven regresaba de la casa de una amiga. Al transitar por calle Salta, entre la zona del Liniers y 1ro de Mayo, un hombre mayor la interceptó en una camioneta y le hizo “propuestas impropias”, invitándola a subir al vehículo.
“Ella se encuentra bien, más allá del susto del momento”, aclaró Gabriel en la 102.5, aunque también remarcó que el hecho dejó una gran preocupación en la familia. Según su testimonio, luego de que el hombre se detuviera a hablarle, la adolescente decidió desviar su camino por otra calle en busca de resguardo, al notar que había más gente en esa zona.
Aunque en un principio no consideraban radicar la denuncia, Gabriel cambió de parecer al reflexionar sobre la peligrosidad del hombre:
“El tipo está suelto. ¿Qué pasa si la encontraba sola o encuentra a otro menor? Me parece peligroso”.
Sin embargo, el proceso para presentar la denuncia no fue sencillo. “Fuimos a hacer la denuncia a las seis de la tarde. En ese momento no se podía, había varias personas. Decidimos volver más tarde. A las diez de la noche fuimos, tampoco se pudo. Esperamos 40 minutos y no había respuesta, así que decidí irme”, relató. Finalmente, cerca de la una de la mañana, la Policía los convocó a presentarse de forma urgente: “Mi cuñada me despertó diciendo que desde la Policía le habían avisado que teníamos que ir a hacer la denuncia sí o sí, de parte de la jefa de la departamental. Así que, bueno, fuimos. Recién las dos de la mañana quedó la denuncia establecida”.
La joven logró grabar parte de la conversación con el sujeto, aunque por el susto no llegó a registrar la camioneta ni el rostro del hombre.
Tras el intento fallido de radicar la denuncia, Gabriel y su hija recorrieron el barrio en busca del agresor: “Sé que es actuar por mano propia. Quedás mal pero ni siquiera tenés respuesta con la Policía”.
El lugar del hecho cuenta con una cámara de seguridad de la ciudad, pero la familia aún no recibió información sobre si el dispositivo funciona correctamente ni quién tiene acceso a esas grabaciones. “No podemos tener datos, porque no sé quién maneja esa cámara”, lamentó el padre.
Sobre el agresor, señaló que es la primera vez que su hija lo ve, pero cree que podría identificarlo si viera una foto. La familia decidió hacer público el caso para alertar a la comunidad:
“El hecho es ese: advertir. Porque si no se hace una denuncia, a lo mejor le puede pasar a un chico más chico todavía. Uno no sabe la persona qué intenciones tiene y hasta dónde puede llegar».

Gabriel también destacó el valor de que el video de la conversación se haya viralizado, ya que permitió que otros testimonios comenzaran a surgir. “Es muy bueno eso, porque la gente no habla, porque para hacer una denuncia lleva mucho tiempo. Ahora, por ejemplo, tenemos que pasar a tribunales. Es todo un trayecto que por ahí querés evitar. Pero si no se habla, esa persona sigue suelta y ni siquiera está identificada. Eso me parece peor”.
La familia ahora espera que la Justicia avance en la identificación del sujeto y pide mayor celeridad en los procedimientos para evitar que este tipo de situaciones queden impunes.