Alan Komorovski es un joven de la ciudad de San Francisco, quien nació con una sordera bilateral profunda. A pesar de ello Alan nunca perdió la felicidad ni tampoco la capacidad para hacer amigos Además, su familia fue un gran soporte para él, sobre todo su abuela, Esmeralda.
Esme y Alan tienen un relación muy especial, en la cual no necesitan palabras para entenderse, con una simple mirada basta. Sin embargo, Alan hace algunos años decidió aprender lengua de señas en la Asociación Cívil de Sordos San Francisco y su abuela decidió acompañarlo en esa aventura.
Con el correr del tiempo, la relación abuela-nieto se fortaleció mucho más puesto que ahora tenían una manera de comunicarse, la lengua de señas. Una muestra de amor muy grande por parte de Esmeralda, que, a pesar de su edad, decidió aprender un nuevo idioma para entender mucho más a Alan.
En este sentido, dialogamos con Esmeralda Ascencao para que nos comente su emotiva historia con su primer nieto. “Alan nació con una sordera bilateral profunda que fue detectada a los 3 años, le hicieron su primer implante, el cual no dio resultado, después cerca de los 6 años le hicieron otro implante, el cual todavía mantiene, pero después hubo modificaciones”, destacó.
Además, indicó: “Hoy tiene un audífono muy pequeño, lo que le permite escuchar, pero tenemos que entender que es tecnología asique es probable que el escuche un sonido de computadora y no de voz humana”.
¿Cómo es Alan?
“Él es un joven muy alegre y siempre acepto su limitación. Es amigo de todos, le gusta estudiar, terminó el secundario, hizo cursos de tecnología digital, le interesa mucho la tecnología. Alan es un joven que es feliz, a pesar de que uno podría decir que tiene menos posibilidades que otro, pero él es muy feliz”, destacó orgullosa Esmeralda,
Por otra parte, se refirió a como empezaron la incursión en el aprendizaje de lengua de señas. En este marco, detalló: “Aprendimos juntos lengua de señas, primero empezó el. Yo quería comunicarme con él, por eso fui a aprender lengua de señas, eso hizo que nos pudiéramos relacionar más íntimamente”.
Su relación
La vecina de la ciudad también habló sobre su relación con su primer nieto. “Con Alan tenemos algo que nos une que es muy particular, nos vemos y nos entendemos, siempre tuvimos sentidos para entendernos”, remarcó.
Que Alan empiece lengua de señas motivó a toda la familia a aprender también. “Entendemos que la lengua de señas debería ser obligatoria, muchas veces hablamos de lenguaje inclusivo, y esto que es inclusión propiamente dicha no lo tenemos en cuenta”, explayó.
Con respecto a la relación de Alan con la Asociación Civil de Sordo San Francisco, Esmeralda indicó que es el lugar de su nieto. “Son sus pares que tienen la misma dificultad que él, ellos se comunican y se arreglan perfectamente, se entienden, a veces somos nosotros los que complicamos las cosas”, agregó.
Por otra parte, Ascencao manifestó que es muy importante que la familia aprenda lengua de señas. “Alan se siente muy acompañado, se lleva muy bien con todos y han empezado a entenderlo”, añadió.
Cabe remarcar que el joven Komorvoski está de novio con una chica que también es hipoacúsica. En este sentido, Esmeralda detalló: “Buscó una chica hipoacúsica, él no quería que su novia fuera oyente, el quería que tenga su misma condición, pueden estar muchas horas hablando por señas”.
Por otro lado, la vecina indicó que debería haber más inclusión por parte de los gobiernos para que más personas discapacitadas puedan trabajar y para que en las escuelas se enseñen lengua de señas. “Es elemental, yo como docente veo que se dan contenidos que no son tan importante”, denunció.
La importancia de un espacio para las personas sordas
Hablamos con la integrante de la Asociación Civil de Sordos de la ciudad de San Francisco, María Esther Peréz, para que nos comente la función de dicho lugar y la relevancia de aprender lengua de señas. “Es un deber de todos, así como aprendemos otros idiomas, tendríamos que aprender a poder comunicarnos con personas sordas o hipoacúsicas, hoy en día se abrió esa brecha que había y ahora la gente se anima mucho más en hacer los cursos”, subrayó.
“Es muy importante, toda la gente que viene te dice que es una materia pendiente porque tienen familiares, amigos, vecinos o un conocido y quieren tener conversaciones más profundas, hoy en día la gente viene y hace el curso”, añadió.
La Asociación se fundó en el año 2004 y funciona en la Casa del Pueblo. “En esa época todos los integrantes tenían 20 años y tenían la necesidad de tener un encuentro para poder luchar por la lengua de señas y la inclusión en la ciudad de San Francisco”, remarcó.
Por otra parte, Peréz explicó la diferencia entre la sordera y la hipoacusia. “La persona sorda es que no escucha nada, es sordo profundo, mientras que las personas hipoacúsicas tienen un resto auditivo”, detalló.
Con respecto al apoyo de la familia que tienen que tener las personas sordas. María Esther indicó que es muy relevante dado que, en la comunicación, dichas personas se sienten muy solas. “Luchamos para que los niños desde el jardín aprendan lengua de señas”, adjuntó
En referencia a porque no se dice lenguaje de señas y si lengua de señas, Peréz sentenció: “Todos siempre dicen lenguajes, pero no es un lenguaje es una lengua porque es su idioma, las señas es una lengua como cualquier otro idioma”.
Para las personas que se quieran sumar a la Asociación Civil de Sordos San Francisco podés ingresar en su página de Facebook para adquirir más información.
Por último, Alan dejó un mensaje para toda la sociedad. «Todas las personas deberían aprender lengua de señas y así generar inclusión en las personas sordas de la sociedad, logrando comunicarse y comprenderse», dijo.