
Parece ser una ley no escrita: en un campeonato siempre hay que sufrir para consagrarse campeón. Anoche, en el estadio Antonio Manno, San Isidro vivió esa realidad. Aunque el equipo local había ganado con autoridad los dos primeros juegos del Final Four, tuvo que batallar hasta el último segundo para derrotar a Deportivo Viedma 88 a 79 y quedarse con el título del Torneo Apertura.
El partido comenzó con los Halcones Rojos pisando fuerte en el primer tiempo, especialmente gracias a los certeros tiros de tres puntos de Jerónimo Suñe, quien se erigió como la principal vía de gol del equipo dirigido por Sebastián Porta. Sin embargo, Deportivo Viedma no se rindió y salió renovado tras el entretiempo, logrando complicar a los locales.
El equipo de Río Negro, bajo la dirección de Bagliacino, empezó a limar la diferencia en el marcador con un gran tercer cuarto. Con cada minuto que pasaba, la presión sobre San Isidro aumentaba, hasta que, en los últimos tramos del encuentro, los de Viedma lograron incluso tomar la delantera, amenazando con llevarse el título a la provincia rionegrina.
El estadio estaba al borde del infarto. Los locales, que no conseguían cerrar el partido, vieron cómo los de Río Negro se acercaban cada vez más. Fue entonces cuando la garra, el corazón y la hombría jugaron un papel decisivo para San Isidro. En los últimos minutos, los visitantes incurrieron en faltas técnicas que permitieron a los Halcones Rojos cerrar la historia desde la línea de tiros libres, asegurando la victoria y el título.
El Nido se convirtió en un hervidero de emociones. El grito de «campeón» resonó en todo el estadio, que se llenó de lágrimas y abrazos, no solo entre jugadores, sino también entre cuerpo técnico, dirigentes y el público en general. La felicidad fue desbordante, pero el tiempo para celebrar es breve. Ya en el horizonte se asoma el Torneo Clausura, que San Isidro deberá afrontar con el objetivo de lograr el ascenso directo a la Liga Nacional A.
Por ahora, el equipo de San Francisco puede disfrutar de este logro, con la mirada puesta en lo que viene: el desafío de coronarse en el próximo campeonato o disputar la final por la única plaza disponible en la Liga Nacional A. Pero hoy, el festejo es de ellos.