
Las intensas precipitaciones de las últimas semanas han paralizado varias obras previstas para esta región.
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Las expectativas de que la red vial del Este cordobés se mejore con obras de envergadura quedaron cubiertas por el agua que hoy inunda importantes sectores de la región, particularmente en cercanías de San Francisco, la cabecera del departamento San Justo.
Desde hace décadas, prácticamente desde el último tercio del siglo XX, resulta evidente la necesidad de mejorar las carreteras troncales de la región. Se trata de las Rutas Nacionales 19 y 158, que conectan San Francisco con Córdoba, Villa María y Río Cuarto. Sobre ambas se realizaron proyectos para convertirlas en autovías pero las condiciones del terreno tras las inundaciones hacen pensar que esos planes deberán ser revisados.
Como una consecuencia que no es valorada adecuadamente, la seguidilla de lluvias abundantes de los últimos años modificó las condiciones del terreno que cruzan esas rutas. Esto conlleva un nuevo retraso para el anhelo de habitantes y fuerzas vivas de esta parte del territorio cordobés de contar con autovías seguras y en buen estado para la circulación de personas y bienes.
El suelo en un área de 30 kilómetros a la redonda de San Francisco está saturado, sin capacidad de absorción y con una evacuación del agua superficial casi inexistente en la inmensa mayoría de los lugares. El agua cayó del cielo y se quedó, configurando amplios espejos distribuidos por los lugares en donde se pensaba intervenir para remodelar las carreteras.
La normalización de esta situación depende más del cambio del ciclo climático húmedo que de las acciones que se puedan tomar en los despachos gubernamentales.
El gobernador José Manuel de la Sota anunció varias veces la licitación de la duplicación de calzada en la Ruta 19, entre San Francisco y Devoto. Pero, la situación que se observa a simple vista transitando por ella deja en claro que el proyecto técnico planteado es prácticamente inviable, ya que el agua cubre los campos en gran parte del trayecto entre ambas localidades.
Este fenómeno es atribuido a las deficiencias de la infraestructura en desagües de la ciudad de San Francisco y de la zona rural.
La idea del Gobierno provincial de usar el camino actual, construyendo una vía paralela limitada por separadores de calzada de cemento requiere la realización de movimientos de tierra y la cuidadosa adecuación de las vías de drenaje.
Este proyecto tomó parte de lo que se había gestado en Vialidad Nacional para la transformación en autovía de la ruta que comunica las capitales de Santa Fe y Córdoba.
En cuanto a la Ruta 158, una de las arterias principales del tráfico de cargas del Mercosur, su mal estado pone en discusión si la vida útil de su infraestructura ya fue superada. En ese contexto, Vialidad Nacional realizó los estudios para la construcción de una nueva carretera entre San Francisco y Villa María, que correría paralela a la actual traza, a un par de kilómetros al Este, eludiendo los pueblos que crecieron a la vera del camino.
La decisión política de concretar estas obras deberá contar con las condiciones técnicas necesarias para no alterar un panorama que parece haber llegado para quedarse de manera definitiva.
El crecimiento de las zonas urbanas, los métodos de producción agropecuaria, las limitaciones de la infraestructura de canales y la variabilidad del régimen de precipitaciones hacen que el tema deba ser revisado a nivel gubernamental para satisfacer la demanda de mejores vías de comunicación para beneficio de la calidad de vida y la economía regional.
La Mañana de Córdoba