El Dr. Osvaldo Rubiolo, médico psiquiatra y psicoanalista, compartió su análisis sobre la anorexia, uno de los trastornos de la conducta alimentaria más conocidos, abordando tanto los síntomas visibles como los factores emocionales subyacentes.
Rubiolo explicó con Radio Estación 102.5 que la anorexia no se limita al rechazo de la comida. «La alimentación representa nada más que el signo, el síntoma», señaló, subrayando que detrás de esta conducta hay conflictos emocionales profundos.
Aunque este trastorno afecta principalmente a mujeres jóvenes, también se da en varones, con una proporción de cinco casos femeninos por cada varón afectado.
El especialista destacó que uno de los primeros síntomas visibles es la evasión de las comidas importantes. «Estas pacientes comienzan primero a tratar de esconderse y no comer, siempre tienen esa actitud de evasión», explicó. Además, mencionó que quienes padecen anorexia, a pesar de estar en un peso normal o incluso bajo, se perciben a sí mismas como gordas. «Esa sensación se llama dismorfismo… el cuerpo lo ven deformado», agregó.
Uno de los puntos más relevantes que mencionó el profesional es la relación conflictiva que suele existir entre las pacientes y sus madres.
«El vínculo que tienen las pacientes con la madre son vínculos muy conflictivos… donde siempre hay marcada rivalidad», comentó.
Describió a las «madres metebombas», un término que alude a madres excesivamente controladoras, que nunca parecen estar satisfechas con los logros de sus hijas. «Es aquella mamá que generalmente le hace ver solamente la falta, lo que le falta… si sacó un 8, ¿por qué no sacaste un 9?», explicó.
Este rechazo a la alimentación también es un rechazo simbólico al afecto que perciben como insuficiente.
Además de los trastornos emocionales, la anorexia provoca graves consecuencias físicas. Las pacientes suelen perder peso de manera drástica, desarrollar anemia, perder calcio, y sufrir problemas en la piel, el cabello y las uñas.
La terapia psicoanalítica es clave para abordar este trastorno, según el psiquiatra. Sin embargo, en los casos más graves es necesario un tratamiento multidisciplinario que incluya a endocrinólogos, clínicos y nutricionistas.
«El eje central está en el vínculo entre esta hija con la madre», afirmó, subrayando que la solución pasa por restablecer ese lazo afectivo roto.
Finalmente, Rubiolo mencionó que, si bien la anorexia suele surgir en la adolescencia, puede continuar durante muchos años si no se trata adecuadamente. «Estas personas siguen con esa problemática hasta los 40 o 50 años», comentó, añadiendo que, en esos casos, la anorexia suele ir acompañada de cuadros depresivos severos.
El Dr. Rubiolo concluyó que la clave para enfrentar la anorexia está en la terapia que involucra no solo a la paciente, sino también a su familia. «No es como se encaran otros trastornos… si la problemática de base afectiva en el vínculo familiar sigue estando, la patología va a seguir existiendo«, enfatizó.