En torno a este momento que incluye no solo las brasas y carne, He- Me una empresa de nuestra ciudad lanzó una línea de complementos de herrería con diseños especiales y es un éxito. Braseros, parrillas, planchetas y utensillos personalizados con logos de equipos de futbol, escudos o el diseño que eligen los clientes se fabrican en San Francisco y se venden para todo el país.
Fabián Menesterolo, desde años un herrero de oficio, junto a su socio tuvieron la iniciativa de implementar esta línea de productos personalizados para la parrilla a sus ya tradicionales trabajos de herrería general. Los clientes en su mayoría piden los logos de su equipos de fútbol, de las marcas de automóviles que prefieren, también con la opción de que pueden tener el diseño personalizado que soliciten.
Además de ser un producto novedoso, duradero, es ideal para regalos que van bien en toda ocasión. A un excelente precio de mercado en relación a su gran calidad es un presente que tiene muy buena salida como obsequio, indicaron los fabricantes.
Se pueden ver los modelos de parrillas, braseros, planchetas y los accesorios en Instragram y Facebook buscando la cuenta HE-ME Herrería Menesterolo o en el local de Corrientes 1585 . También atienden consultas por esas vías y a través de whatsapp al 03564 – 15617535.
Un mundo detrás de la parrilla
Traemos un fragmento de una publicación relacionada a una de las pasiones argentinas como el asado y que ahora también atrajo a rubros como el metalúrgico a que innovaran en diseños que evolucionan en torno a este ritual.
El asado lo hace uno y lo hacemos todos. Es uno quien prende el fuego y somos todos quienes servimos el agua, el vino o la cerveza. Es uno quien quita la grasa de la carne y somos todos quienes cortamos los quesos y los salames. Es uno quien se moja mientras cocina el asado –porque en Argentina este acontecimiento no se suspende por lluvia– y somos todos quienes le sostenemos el paraguas. Es uno quien se lleva el aplauso pero somos todos quienes lo aplaudimos.
Los asados se organizan porque sí. Nada de esperar a un aniversario de cumpleaños o a una fecha patria –aunque, claro, esos serán otros motivos para echar la carne a la parrilla–. Si somos diez, fantástico (no se sorprenda al escuchar la frase “cuantos más, mejor”); y si nos toca ser nada más que tres, también estará muy bien. Será menos cantidad de choripanes (sándwich de chorizo), colitas de cuadril, matambres, pechitos de cerdo o cualesquiera sean los cortes elegidos. Pero una premisa se mantendrá intacta: la alegría de juntarnos.
¿Qué respuesta tiene cualquier ser humano del mundo ante una manifestación de talento? El aplauso. Y, como tal, los argentinos le damos siempre un fuerte aplauso a nuestro querido asador.
Pasos a seguir para un asado:
Comprar la carne y el carbón: el asador, usualmente con uno o más acompañantes, es el encargado de conseguir los cortes. También, puede ocuparse del carbón y la ensalada.
Armado del fuego: lleva su tiempo y apurarlo no traerá ninguna solución. El asador se halagará si lo acompañan una guitarra y unas voces entusiasmadas.
Picada y vinos: ya con la carne en la parrilla, los comensales cortan queso, salame y jamón y descorchan el primer vino. Si es un asado improvisado, papas fritas y maní funcionarán de maravilla.
Chorizos y morcilla: suele ser lo primero que sale de la parrilla y mutan en choripanes y morcipanes. Hay un fuerte debate acerca de si son la estrella de la mesa o una simple entrada.
El asado: dependiendo de quién esté al mando, puede cocinarse vaca, cerdo o pollo. Salen de a tandas y el asador comerá siempre en la tabla de la que el resto “pincha” los cortes.
Aplauso: sin excepción.