En su última emisión, Algo Distinto abordó un tema universal y profundamente humano: el duelo. Con el diálogo de Ana Perlo y Pame Domínguez, el programa exploró diversas formas de pérdida, brindando herramientas y experiencias personales para enfrentar estos desafíos emocionales.
“Cuando uno pierde a alguien, no solo pierde lo que fue, sino también lo que no fue”. Esta reflexión de Gabriel Rolón marcó el inicio de una charla que fue más allá del duelo por fallecimientos, abarcando pérdidas como relaciones, trabajos, sueños y hasta el desarraigo.
Ana Perlo compartió su experiencia personal al mudarse a Estados Unidos a los 23 años, enfrentando el aislamiento, la barrera del idioma y la ruptura de su pareja. “Viví dos duelos: la separación y el desarraigo. Fue muy duro, pero mi hijo fue mi motor para salir adelante”, recordó.
Perlo destacó el apoyo invaluable de un grupo basado en los 12 pasos, donde pudo expresar sus emociones sin juicios ni consejos no solicitados. “Ese espacio me enseñó a reflexionar y avanzar, fue un desahogo terrible que me devolvió la esperanza”, señaló emocionada.
Por su parte, Pame Domínguez habló sobre el impacto físico del duelo: “Lo sentimos en el pecho, en la garganta. Por eso vamos a abrir un espacio que se llama Sanando Corazones, para ayudar a procesar esas emociones y adaptarnos tras una pérdida, sea cual sea”.
Ana y Pame anunciaron la organización de un taller homónimo, enfocado en acompañar a quienes enfrentan duelos no resueltos, especialmente en épocas como las fiestas, que suelen amplificar estos sentimientos.
“Es una oportunidad para aprender, compartir y sanar en un entorno cálido y seguro”, explicaron.
“En el duelo, los tiempos son personales. Lo importante es querer seguir adelante, aunque sea un paso pequeño. Cada experiencia difícil nos deja aprendizajes que nos transforman”, aseguró Ana.
Ambas reflexionaron sobre cómo la sociedad muchas veces evita confrontar las emociones del duelo. Coincidieron en que permitirnos llorar, gritar y expresar el dolor es esencial para la sanación. Además, hablaron de cómo las nuevas generaciones están más abiertas a validar estas experiencias emocionales, contrastando con los mandatos tradicionales que las reprimen.
“Es necesario aprender a acompañar, sin minimizar lo que el otro siente, incluso en situaciones que pueden parecer pequeñas desde nuestra perspectiva”, concluyeron.
Con este nuevo taller, Ana y Pame ofrecen un espacio de contención y esperanza para quienes buscan sanar y encontrar luz en sus momentos más oscuros. Una invitación a abrazar el duelo como parte esencial del camino hacia el bienestar emocional.